La lámpara mágica

¿Recordáis a Juan Malévolo en "Susto en el circo", "Susto en el circo (segunda parte)", "Susto en el circo 3" y "El retorno de Juan Malévolo"? Pues vuelve con una nueva aventura que han preparado Óscar y Jaime. Han trabajado mucho para hacer las fotos y crear el texto. Espero que os guste tanto como a mí que sigo esperando nuevas entregas. Gracias Óscar y Jaime, seguid pensando, creando y compartiendo con nosotros vuestras historias.



"A lo lejos, en el desierto, vemos 3 extrañas figuras, se trata de Juan Malévolo y sus secuaces, que se han escapado del zoo (eso sí, con el caimán a rastras). Juan Malévolo señala una pirámide diciendo: -¡Mirad chicos, allí está! Cuando llegan uno de sus secuaces pregunta: -¿Pero cómo entramos?
Mientras intentan averiguar la forma de entrar, el caimán activa un mecanismo que abre unas escaleras hacia el interior de la pirámide. Cuando entran se quedan maravillados por los jeroglíficos de la pirámide. Juan Malévolo enseguida les dice que empiecen a buscar.
¿Pero qué estarán buscando? Buscan y buscan por todas partes (y también caen en varias trampas).
Llegan hasta donde está Juan Malévolo con las manos vacías y muchos chichones. Con el caimán mordiéndole la pierna, Juan Malévolo ayuda a sus secuaces a buscar, pero uno de ellos activa una trampa y se cae al exterior. -¡Ten cuidado si no quieres que te pase a ti!, le dice a su otro compinche... pero esta vez es él quien activa una trampa por la que se caen. Todo está muy oscuro, cuando se acostumbran a la oscuridad, descubren que...¡están en una sala llena de escorpiones! Al final consiguen salir gracias al caimán y siguen buscando incluso en un sarcófago. Es allí donde se encuentran con el otro secuaz. Salen de la pirámide ya desesperados temiendo irse a casa con las manos vacías. De pronto, uno de sus secuaces golpea una parte del muco hueca y el muro entero cae casi encima de ellos ¡han descubierto la sal del tesoro! Sin pensarlo dos veces, entran por el agujero de la pared. ¡Somos ricos! gritan sus secuaces... pero él todavía no ha encontrado lo que busca... enterrada en la arena por fin encuentra lo que buscaba con tanto afán: ¡La lámpara mágica!
Cuando anochece, acampan en las dunas y Juan Malévolo frota la lámpara. Aparece un genio que les dice: -¡Soy el genio de la lámpara y os puedo conceder 3 deseos! -Yo quiero un poni, dice uno de los secuaces, y al momento aparece un poni. -¡Yo un dinosaurio! dice el otro, cuando el genio le concede su deseo, el dinosaurio le persigue para comérselo.
-¡Estúpidos! han malgastado su deseo, dice Juan Malévolo. Cuando va a pedir su deseo, el caimán dice algo y aparece al instante un montón de carne que devora enseguida. -Ya os he concedido los 3 deseos, dice el genio y vuelve a su lámpara.
Al entender que el caimán ha gastado el último deseo que le correspondía, le intenta pegar, pero el caimán es más fuerte y le ataca. Obligados a dejar el tesoro en el camino, Juan Malévolo y sus secuaces se van corriendo de aquel horrible lugar, perseguidos por el caimán y con la intención de no volver nunca más".
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