¡Vaya tropezón!

Paula y Ángela, nos han envíado otra colaboración ambientada en la misma casita que la historia del ratoncito Pérez. El protagonista vuelve a tropezar y se cae. En esta ocasión se rompe algo más que un diente. Esperamos que se le acabe la mala suerte y pronto nos preparen una historia con el niño haciendo algo divertido y pasándolo genial con sus amigos. Gracias chicas, esperamos más historias.




"Un niño estaba jugando en su casa con un monopatín y se cayó al suelo. LLoraba muchísimo, nunca había sentido tanto dolor. Sus padres lo levantaron como pudieron y lo sentaron en una silla de ruedas. Tenía un esguince y no podía caminar. Pasó unos días en los que todo el tiempo iba en silla como cuando era pequeño, menos mal que cuando fueron a visitar a unos amigos se pudo meter un ratito en la piscina. Al volver a casa le tenían que ayudar como cuando era un bebé. Sus papás le cuidaban muy bien, le dejaban juguetes, le acompañaban al baño, a lavarse la manos... Él no tenía que hacer nada, ni recogía, ni preparaba la mesa."